Chico sufriendo ruidos fuertes

En Zamarripa Ópticos también cuidamos de vuestra audición y por ello os queremos explicar el funcionamiento del oído y el daño que puede surgir tras exponerse a ruidos fuertes.

Estos ruidos pueden causar una pérdida de audición inmediata o un daño en el oído interno que no se manifiesta al instante sino al cabo del tiempo. En la segunda situación para cuando se manifiesta el daño puede ser irreversible. El oído interno tiene vida propia y su función principal es enviar las señales sonoras del oído externo al cerebro para que este pueda procesar lo que se escucha. En caso de que las señales sonoras sean excesivamente fuertes, pueden dañar la vida del oído interno y por lo tanto provocar una perdida de audición.

Siempre que se trate de forma inmediata una perdida de audición súbita puede tener cura pero en caso de que no sea así será bastante difícil evitar que se produzca una perdida de audición. Un estudio ha demostrado que aunque el ruido no haya sido lo suficientemente fuerte como para causar una pérdida de audición inmediata, ha podido producir un daño en el oído interno, pero al no experimentar una pérdida auditiva al instante puede ser difícil de diagnosticar y tratar.

Imagen de un oido

La exposición de los oídos a ruidos fuertes puede dañar las diminutas células ciliadas situadas en el oído interno cuya función es trasladar las señales sonoras a las neuronas del ganglio espiral que a su vez envían estas señales al cerebro para que las procese. Si las neuronas del ganglio espiral no conectan con las células ciliadas se retraen y dejan de funcionar.

Según un estudio realizado por dos doctores de la universidad de Iowa, las células ciliadas producen un tejido específico que permite mantener su conexión con el ganglio espiral. Al soportar un ruido fuerte las células ciliadas se dañan y este tejido deja de producirse y el ganglio espiral se retrae dando paso a la temida pérdida de audición. Los resultados de este estudio demuestran que aunque en principio las células ciliadas sigan funcionando, se irán agotando a lo largo del tiempo y finalmente dejarán de producir el tejido que necesitan las neuronas del ganglio espiral para enviar las señales sonoras al cerebro.

Imagen del oido interno
Vía http://upload.wikimedia.org

Esperamos que os haya sido de utilidad y os recordamos que hay que tener cuidado con los ruidos fuertes y que es aconsejable acudir a un profesional para realizar una revisión anualmente. Para cualquier duda estamos a vuestra disposición en nuestra página web, redes sociales y tiendas físicas.

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