peligros del sol para los ojos al aire libre

El verano es una época llena de estímulos y emociones en la que también se multiplican los peligros: las ensaladillas de algunos chiringuitos, esos mosquitos de medio kilo que acechan por la noche y las canciones del verano. Del mismo modo, también hay más enemigos para tus ojos, por lo que debes tener una atención especial en su cuidado.

El principal peligro es, lógicamente, el sol. Existe una relación directa entre la radiación solar y las cataratas. Y el reflejo de la luz solar induce al envejecimiento ocular y puede producir queratitis y conjuntivitis. Conclusión: las gafas de sol son indispensables. Y, por supuesto, no hay que mirar directamente al sol de forma prolongada.

En la playa, es conveniente tener precaución con la sal del agua del mar, que puede producir una gran irritación, y con la arena. Por ello es conveniente lavarse con agua dulce a menudo. Puro sentido común.

En la piscina, el enemigo oficial es el cloro, cuya reacción química ante los microorganismos que aportan los bañistas irrita nuestros ojos de esa forma que todos conocemos. El uso de gafas de natación es recomendable.

peligros del sol para los ojos en la piscina agua cloro

En la montaña, la sequedad propia del verano provoca una mayor evaporación de la lágrima y aumenta la sensación de ojo seco. Si esto te sucede de forma continuada, es fundamental que acudas al especialista para que valore tu caso. Además, el incremento de partículas en suspensión en el aire genera un ambiente más cargado que puede provocar alergias oculares. Las gafas de sol homologas son, de nuevo, la mejor solución.

peligros del sol para los ojos al aire libre en la montaña

Las oficinas también son una fuente de amenazas: la exposición continuada al aire acondicionado hace que se reseque el ambiente, lo que perjudica a nuestros ojos. La solución es utilizar un humidificador o incluso lágrimas artificiales. Además, trabajar muchas horas delante del ordenador puede producir cansancio o fatiga visual. Es conveniente situarse a una distancia adecuada de la pantalla, tomando breves descansos.

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