Si para una persona normal es un grave problema perder la vista, para un gran pintor es un enorme trastorno. A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, varios maestros del impresionismo sufrieron graves problemas visuales, que para unos supusieron una vida angustiosa y para otros, la explicación de un arte visual único.

Edgar Degas sufría de retinopatía desde los 36 años, y la luz del sol le ocasionaba un terrible dolor. Tenía mucho miedo de quedarse ciego, y solo podía pintar unas pocas horas, en las que trabajaba con mucha dificultad y tristeza. En una carta a su amigo James Tissot decía: “Qué cosas más hermosas podría haber hecho, y rápidamente, si la luz brillante del día fuera menos intolerable para mí”.  En 1891, a los 57 años, ya no podía leer y nunca pintaba al aire libre. No podía distinguir los colores y tenía que preguntar a sus modelos sobre los colores que usaba. Lo único que los oftalmólogos de su tiempo pudieron hacer por él fue darle unas lentes que limitaban la luz que llegara a su ojo derecho, que estaba permanentemente dañado.

Edgar Degas

En 1905, a la edad de 65 años, Monet se dio cuenta de que había cambiado su percepción de los colores. No los veía con la misma intensidad. En 1912 se confirmó que tenía cataratas en los dos ojos. Monet ya no distinguía bien las tonalidades, las veía amarillentos, sin intensidad, y eso se reflejaba en lo que pintaba. Era muy infeliz. A los 82 años le operaron el ojo derecho, pero veía los colores diferentes de su ojo izquierdo, que no quería operarse, y ya no pudo usar bien los dos ojos juntos. En 1922, como estaba casi ciego y no se veía capaz de pintar bien, destruyó algunas de sus obras.

impresionista Monet

Renoir y Cézanne eran miopes, pero se negaban a usar gafas cuando pintaban para poder ver las formas y los colores de una manera más abstracta. Renoir comentó de Degas: “Si se hubiera muerto a los 50 años, sería recordado como un buen artista competente, nada más”. Apreciaba la soltura de las pinceladas de Degas y su uso de los colores, que en cierta forma habían sido afectados por la pobreza de su vista.

Para que no te pase lo que a estos grandes maestros, es primordial que acudas a revisarte la vista al menos una vez al año. Y no olvides contactar con nosotros para cualquier duda en nuestra página web, nuestras redes sociales y nuestras tiendas.

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